Ronceval es un escultor muy joven que trabaja entre Lyon y Saint-Étienne. Comenzó a esculpir de forma autodidacta, lo que le permitió experimentar con diversas formas sin las limitaciones de ningún marco, salvo las limitaciones técnicas propias de la arcilla, que al cocerse se revela como un material caprichoso y lleno de sorpresas. El ahumado de las piezas, tras patinarlas con diversos óxidos metálicos, es la técnica que utiliza con mayor frecuencia después de la cocción. Comenzó creando bronces, muy populares en nuestras galerías. Con un fuerte apego a los animales desde la infancia, en particular a los de la sabana africana, se sintió naturalmente atraído por el mundo animal en su obra, buscando plasmar la fuerza y la nobleza de ciertos animales en formas figurativas, pero mediante la sugerencia de bordes limpios, en un estilo rayado. Siendo los animales más que nunca víctimas de la actividad humana en los últimos tiempos, nos pareció importante mostrarlos, a través de una representación estilizada, para despertar las conciencias insensibilizadas por una vida cotidiana urbana de la que la presencia animal a menudo es excluida.