Del cielo a la tierra, el artista visual y fotógrafo Manolo Chrétien está fascinado por los efectos de la gravedad sobre los elementos. Presión atmosférica, deformación de los materiales, distorsión, nubes, corrientes, vientos, olas, dinámica de fluidos, erosión... todos estos términos han acompañado su vida cotidiana desde que nació al final de la pista de la Base Aérea de Orange en 1966. Manolo se describe así: «Estoy eternamente asombrado, capturando lo inesperado y componiendo con la mirada ininterrumpida de un niño... Un rastreador de la fluidez, me guío definitivamente por la transformación efímera de los elementos». Criado entre el Mediterráneo y el Canal de la Mancha, Manolo Chrétien creció con queroseno al final de la pista de Orange, donde cayó del cielo en 1966. Desarrolló su pasión por la fotografía el día en que su padre, al regresar de Moscú en la década de 1980, le regaló una «Lomo», una cámara utilizada por el KGB, que desde entonces se ha convertido en una leyenda. Artista visual de corazón, estudió arte en la ENSAAMA Olivier-de-Serres de París. Allí conoció a su esposa, Céline-Pia, con quien fundó una agencia de diseño gráfico en 1991 y compartió su vida artística. Desde 2015, crean obras juntos bajo el nombre de Man&Pia.