Las pinturas de Anne Rivière invitan a los sentidos y a la mente a un viaje al corazón de la naturaleza, entre lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño. La sensualidad de los colores, las reacciones que se desarrollan entre ellos, seducen, transportan y revitalizan. El trabajo del material, que a veces puede ser "tierra, corteza, seda, terciopelo, metal, alas de mariposa o gotas", invita a un cambio de aires. La ligereza de las líneas y los trazos que recorren los lienzos son como conexiones invisibles y misteriosas, un vuelo hacia un sueño. Al contemplar las pinturas, la mirada reacciona a los intensos tonos de los colores y a los efectos del material. Esta experiencia te brindará la ligereza del tiempo suspendido. "En mis pinturas, intento cuestionar los misterios de la naturaleza para hacer tangibles los momentos de asombro, compartirlos y así extender el viaje más allá del marco hacia un sueño poético."